Cádiz ha vuelto a contar este verano 2018 con un amplísimo programa cultural, pero sobre todo, con un programa diverso. Un abanico de actividades, en su mayoría de libre asistencia, que han llevado la cultura a nuevos emplazamientos y han dado espacio y voz a propuestas distintas, menos masivas pero que abarcan públicos diversos en gustos o edades.
Destaca sin duda la celebración del primer Festival Flamenco de Cádiz, una apuesta decidida de la delegación municipal de Cultura que dirige Eva Tubío. Cádiz es cuna del flamenco y necesitaba un gran evento. Un evento que ha llegado para quedarse y en el que se seguirá poniendo todo el esfuerzo en próximas ediciones para que sea una referencia.
El Festival trabajó la colaboración público-privada con colectivos y peñas y la Fundación Cajasol y contó con numerosas actividades abiertas, también formativas. Además, “abrió” nuevos escenarios en enclaves privilegiados, como la candelá flamenca en La Caleta o el espectáculo en el monumento a la Constitución. Esta primera edición ha sido todo un éxito de público, con por ejemplo, más de 1000 personas en la apertura y el cierre y ha demostrado la buena salud del tejido cultural de la ciudad.
La cultura estival tampoco se ha olvidado de extramuros, siguiendo con la iniciativa del pasado año de llevar el flamenco en patios a Los Porches y Tacita de Plata o ampliando la noche del Trofeo con pop-rock y flamenco.
Otras ubicaciones que se han consolidado son el Parque Genovés, con teatro y la novedad del cine con música en vivo, o el ECCO, que está protagonizando una segunda vida con las noches clásicas y las noches abiertas o los talleres donde “aprender a ver el arte”.
Sin olvidar otros hitos del verano como el arraigado Festival de Jazz Cádiz o la intensa programación de Santa Catalina y Baluarte de la Candelaria.
Por último, otra clave ha sido la figura del escritor gaditano Fernando Quiñones, de cuyo adiós se cumplen 20 años, con el apoyo a iniciativas que difunden su obra, como las de la Asociación Amigos de Quiñones en el espacio literario del Baluarte del Orejón o las lecturas musicales.