La Asamblea de Ganar Cádiz en común quiere reiterar su rotundo apoyo a la huelga más que justificada del metal. Pero ahora que parece que la negociación va llegando a su fin queremos hacer hincapié en el problema que nos parece fundamental señalar: es una huelga que surge de la situación a la que diariamente se somete a los trabajadores y trabajadoras de precariedad. Los responsables directos de esta precariedad tienen nombres y apellidos, son personas que en muchísimas ocasiones ni viven en Cádiz ni conocen a sus gentes, personas que viven de retorcer las leyes a su favor, que tienen tanto dinero que pueden a su antojo poner y quitar leyes, son los dueños de las empresas y los dueños de los dueños de las empresas.
Nuestra solidaridad no sólo con los trabajadores sino con las familias de esos trabajadores, y con la comunidad de pequeño tejido de tiendas y comercios de nuestra ciudad, que directa o indirectamente viven de esa industria. Nuestra solidaridad con las personas que cuidan y que sostienen de una manera u otra la vida de todas estas personas. Nuestra solidaridad frente a los privilegios que quieren imponernos, porque existe un hilo que conecta la porra de un policía que aporrea a una persona mayor en nuestras calles con esos empresarios que desde lejos o cerca viven a costa del esfuerzo de nuestros vecinos y vecinas. Condenamos enérgicamente la violencia desproporcionada policial.
Queremos aprovechar para denunciar que esta estafa desde los de arriba también se da en el caso de muchísimos otros trabajadores y trabajadoras de otros sectores, que sostienen empresarios que vuelven a reproducir estas fórmulas de esclavitud encubiertas y que miran con buenos ojos estas prácticas abusivas.
Por todo ello exigimos leyes que pongan la vida en el centro, que nos defiendan de todos los abusos, que nos protejan. Comprendemos ese hartazgo e ira de trabajadores y trabajadoras, consecuencia del abandono histórico de la Bahía, que algunos quieren convertir en Benidorm, por lo que exigimos que no se destruya la industria. También necesitamos medios que las denuncien, que dejen de hacerle el juego a sus jefes, que se revelen y contemplen ponerse del lado de la verdad. Y pedimos a la ciudadanía que haga piña, que se una, que defienda a las suyas y a los suyos, que genere redes contestatarias y que no abandone.
Queremos decirlo alto y claro: el problema de la negociación es la clase empresarial, y nuestra asamblea está del lado de los trabajadores y las trabajadoras.